miércoles, 13 de mayo de 2015

Solo vine a hablar por teléfono

(resumen del cuento de Gabriel García Márquez)


Una tarde lluviosa de primavera, mientras María vuelve a Barcelona tras visitar a unos familiares de Zaragoza, el coche que conduce se avería dejándola tirada en el desierto de Monegros, así que hace autoestop hasta que un autobús para y le ofrece llevarle hasta un lugar no muy lejano.

En el autobús se encuentra con que en la parte de detrás había mujeres de diferentes edades durmiendo y cubiertas, como ella, con una manta, y decide dormir también.

Al llegar al lugar de destino, despierta y las observa bajar del autobús con lentitud y sumisas siguiendo las órdenes de una mujer, avanzando hacia un inmenso y oscuro edificio. Tras esto ella también baja con la esperanza de encontrar un teléfono a través del cual pudiera llamar a su marido. Sin embargo es tratada como las demás, a pesar de repetir a las dirigentes que solo quería hablar por teléfono, y cuando ya es demasiado tarde se da cuenta de que se encuentra en un manicomio.

Ella estaba casada con un mago conocido como Saturno y necesitaba hacer una llamada a casa para avisarle de que llegaría más tarde.

Cuando despierta, está amarrada de brazos y piernas a la cama y, mientras tanto, Saturno, preocupado, intenta contactar con ella al darse cuenta de que no ha llegado a ninguno de los eventos que había organizado con ella.

Ya habían tenido problemas de fidelidad anteriormente, así que tras dos meses de desesperación, Saturno contempla la posibilidad de que María se hubiese fugado con su anterior amante y decide olvidarse de ella. 

Mientras, María intenta soportar la locura de aquel lugar como puede, hasta que un día descubre por error un teléfono en una de las oficinas y recibe el insulto de Saturno. La ira se apodera de ella y sale herida tras romper un vitral de la iglesia del manicomio.

Cuando consigue ganarse la confianza de una vigilante, esta le hace el favor de contactar con Saturno, quien acepta la petición de ir a visitar a María al manicomio y al llegar le explican la situación en la que se encuentra y cómo ha de interactuar con ella.

A pesar de el esfuerzo de Saturno por tratarla de manera normal, María se dio cuenta de que él también pensaba que ella estaba loca.Tras esto no se volvieron a hablar nunca. María se adaptó a la vida en el manicomio, como una loca más.

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