La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916.
Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el
irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e
inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte.
Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores
del colonialismo. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía
sudamericana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la
sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio cambiarían a
Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso
intelectual y cívica, tanto o más devastadora. La que lo llevó a
enfrentarse a una Inglaterra a la que admiraba y a militar activamente
en la causa del nacionalismo irlandés.
También en la intimidad, Roger Casement fue un personaje múltiple: la
publicación de fragmentos de unos diarios, de veracidad dudosa, en los
últimos días de su vida, airearon unas escabrosas aventuras sexuales que
le valieron el desprecio de muchos compatriotas.
El sueño del celta (2010) describe una aventura existencial,
en la que la oscuridad del alma humana aparece en su estado más puro y,
por tanto, más enfangado.
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