Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa -limpio de todo mal-.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más
y más.
En este poema, el autor se dirige a la mujer de la que sin duda está enamorado. Le habla con palabras dulces y le confiesa que le hubiera gustado estar en diferentes circunstancias con ella, refiriéndose al simple hecho de querer ser cualquier cosa por estar con ella. Al final del poema habla de que él la amaría como nadie lo hizo jamás, incluso una vez llegada la muerte.
No debemos olvidar la importancia de este poeta chileno, considerado de los mejores artistas de su siglo.Según dijo Gabriel García Márquez "el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma". Admirado en todo el mundo y considerado uno de los 26 autores más importantes de la literatura occidental de todos los tiempos.
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